Dicen que el motivo más grande para ser infiel es la falta de comunicación, pero que sucede cuando la comunicación es tanta que cuando te ves con esa persona, ¿ya no tienes nada que decir?
o que llevas tanto tiempo haciendo lo mismo con la misma persona, que cuando los encuentros deberían hacerte olvidar la realidad y darte toda la felicidad del mundo, pero ¿lo único que hacen es sumarse a la monotonía y amargarte un poco más?, cuando sientes que hace falta algo que aunque esa persona se esfuerce, ¿no va a llegar nunca? y tu ¿ya perdiste la paciencia?
cuando sientes que la relación no va para ningún lado y que sinceramente ¿tampoco quieras dar el siguiente paso?
La infidelidad siempre causa remordimiento, será muy bitch el hombre o la chica que se sienta mejor con su amante, tanto que ¿no sienta culpa por engañar a su pareja? o q peor aún q ¿quiera que su amante pase a tomar el papel de pareja? y por querer evitar sufrimientos sigue viviendo esa doble vida?
O peor aún ¿querer a un amante que no sabe que es amante pero que solo quiera sexo sin compromiso? (parece un trabajenguas)
o ¿no sentir culpa alguna porque la relación no se considera "tan seria" aún siendo exclusivos?
eres infiel porque no crees amar a esa persona que tienes a tu lado, pero si la pierdes, ¿seguiras pensando igual?
¿que le vas a decir a esa persona cuando descubra que eres infiel?, como evitaras romperle el corazón?
pero, si ¿no te preocupa nada de esto? y solo te interesa ¿conquistar a tu amante? no crees que cuando pase de ser tu amante a tu pareja, nuevamente buscaras esa emoción en otra?
Desde que Gonzalo* dejó de ser feo se volvió infiel. Recuerda que a los 13 años era un escuálido adolescente, de dientes grandes y piel blanca y pecosa. Por su apariencia, era rechazado por las niñas en los juegos de escondidas americanas y pico botella, donde hay un beso de por medio. Sin embargo, pocos años después se convirtió en un seductor de mujeres bonitas, pese a estar comprometido. Dice que la infidelidad en él es una conducta que fue creciendo en el inconsciente. Hoy Gonzalo, con un noviazgo de más de 4 años, admite que ser infiel es no corresponder a la confianza que otra persona le brinda. Pero su goce y satisfacción personal está sobre el amor que siente por su novia.
La infidelidad, una conducta inmoral para algunos, ocurre en cualquier colectivo de seres humanos. Existe la psicológica, aquella que es imaginativa y se usa para despertar celos. Y la real, donde aparece una tercera persona porque hay incapacidad para mantener una relación perseverante y madura. La infidelidad también ha llevado a muchos a la muerte. La segunda causa de crímenes pasionales es la venganza relacionada con la infidelidad. A octubre de 2011, Bogotá registró 59 crímenes de este tipo. En su mayoría, las víctimas son las mujeres, quienes según el sexólogo Carlos Pol Bravo son más recursivas, sutiles e inteligentes a la hora de buscar un amante. Pero el asunto no es una cuestión de género.
El primero se refiere al uso de máscaras durante una relación que lleva a la frustración y las falsas expectativas. El segundo, cuando la transculturalidad en una pareja es castrante y la innovación o el aumento de imaginación sexual va en contra de sus principios. Un tercero, donde las parejas se mienten, fingen orgasmos y la suma de este tipo de conductas lleva a la búsqueda de un amante.
Otro motivo para la infidelidad se relaciona con el miedo a mantener una relación seria y prolongada que lleva a buscar conquistas frágiles y superficiales para alimentar el ego. A esta conducta se le llama el Síndrome de Don Juan. El último motivo de infidelidad es cuando se rompe el amor de tanto usarlo. Es decir, que hay una intensidad descontrolada y al final no se tiene qué ofrecer.
Se cree que la infidelidad es una constante a lo largo de la vida en algunas personas. Pero la edad tiene mucho que ver. Según Bravo, los cambios hormonales en hombres y mujeres influyen en la decisión de buscar un amante.
En las mujeres se presenta entre los 38 y 40 años, un poco antes de llegar a la menopausia. Todo surge porque no se sienten deseadas, atractivas, se crea un sentimiento de pérdida y la manera de evitarlo es ser infiel. En los hombres, la infidelidad suele despertarse a los 40- 45 años. Época en que la barriga comienza a crecer y surge el miedo a perder la erección.
Aunque los seres humanos no nacieron para ser monógamos, el sexólogo Carlos Pol Bravo sustenta que la fidelidad existe. Aclara que ésta es válida por convicción y no por obligación. Para él también hay una fórmula donde la pareja conserva la imaginación y la lujuria. Algo que llama sexoafectividad, es decir, la mezcla entre el amor y el sexo. Comenta que esto se ve reflejado cuando las parejas olvidan el paso del tiempo.